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Ángel di María se convirtió ayer en el lugarteniente que Lionel Messi esperaba en Brasil 2014, mandando a Argentina a los cuartos de final del Mundial con una definición llena de sangre fría a dos minutos del final de la prórroga del partido con Suiza. Desapercibido en el debut con Bosnia y el agónico triunfo ante Irán, Di María había mostrado el miércoles pasado contra Nigeria destellos de lo que puede ofrecer y ayer fue decisivo en el Arena Corinthians de Sao Paulo.
"Acá los héroes somos los 23 que estamos, los técnicos. La victoria es más que merecida. Dejando la vida, hicimos un gran esfuerzo y ahora tenemos otro partido en cuatro días", afirmó el volante del Real Madrid, tras el agónico triunfo de la albiceleste.
En el minuto 118 del partido, a dos de la tanda de penales, Di María aprovechó una gran jugada y servicio de Messi para soltar un zurdazo que acabó con la resistencia helvética. "Sabíamos que podía pasar esto, dejamos el alma, la vida en cada pelota. Tuvimos muchas situaciones de gol, intentamos jugar bien, no nos desesperamos", señaló.
La aparición de Di María es una gran noticia para Argentina y Messi, ya que hasta ahora dos de los otros integrantes de los "Cuatro fantásticos" del ataque albiceleste, Gonzalo Higuaín y Sergio Agüero, no han dado mucho y uno, el Kun se lesionó.
De 26 años y oriundo de Rosario (centro-este) al igual que La Pulga, Di María viene de atravesar su año más complicado desde que llegó al Real Madrid en 2010, aunque revirtió la situación a fuerza de voluntad y tuvo su premio el 24 de mayo en la final de la Liga de Campeones contra el Atlético de Madrid.
El argentino también fue decisivo en la victoria 4-1 de los "merengues" en Lisboa, a tal punto que la UEFA lo eligió como el jugador más valioso del partido. Atrás quedaron las voces que a principios de temporada le garantizaban el traspaso inmediato o la suplencia eterna por la llegada del galés Gareth Bale.
Rojo se perderá cuartos
Dos amarillas
El lateral izquierdo de la selección argentina, Marcos Rojo, no podrá disputar el partido de cuartos de final del Mundial, debido a que ayer recibió su segunda tarjeta amarilla, por lo que queda suspendido por un cotejo.
Se retira
El técnico alemán Ottmar Hitzfeld confirmó su salida como seleccionador de Suiza y anunció su retirada como entrenador. "Seguiré trabajando para la televisión y estaré ahí como periodista. Tendré una vida tranquila, pero este trabajo como entrenador ha concluido aquí", dijo.
Tercera al hilo
La selección argentina de fútbol, con la victoria de ayer, se clasificó por tercera vez seguida a unos cuartos de final, pues en Alemania 2006 y Sudáfrica 2010 llegó a esa instancia, aunque se quedó ahí, pues fue eliminada.
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Ángel di María se erigió como el que más buscó destruir el cero. En ese afán erró muchas, pero acertó la definitiva, la que eludió los inminentes penales y hundió a Suiza. Tuvo recompensa la persistencia del atacante.
Argentina está en cuartos, pero vivió un calvario hasta el final. Sí. En el minuto 120 Dzemaili metió un cabezazo devuelto por un vertical. Mayor suspenso, imposible. El equipo albiceleste reiteró los problemas mostrados a través de la fase de grupos. Por eso Higuaín y Lavezzi (más tarde Palacio) no pesaron nada.
Los europeos maniataron al oponente. Rodearon a Messi y provocaron un juego interrumpido, conversado y sin tregua. Las más claras del primer tiempo las sufrió el elenco de Alejandro Sabella. Sergio Romero respondió frente a llegadas muy nítidas de Xkaka Granit y Josip Drmic.
En el complemento, en cambio, Suiza retrocedió. Y Argentina comenzó a provocar una mejor circulación de la pelota. Entonces, hubo ocasiones de gol: Rojo, Higuaín y Messi obligaron a grandes tapadas de Benaglio, absoluto responsable de la necesidad de prórroga. Ésta comenzó con los rojos controlando el trámite (el fútbol, veleidoso, se nutre de momentos) mediante el timón de Xherdan Shaqiri, que con un segundo aire dejó al descubierto el desconcierto que prevalecía alrededor de Messi, ostensiblemente agotado.
Sin embargo, tanto va el cántaro al agua que termina por romperse Di María repitió el intento, esquivó la marca, enganchó y la cruzó abajo para el uno a cero agónico, dramático.Mención ineludible para Javier Mascherano, una máquina humana de quite y reparto. En San Pablo hubo un "Ángel" ¿ milagroso ? que no creyó que el destino de la llave se situaba desde los 12 pasos. Y razón no le faltó.